lunes, 7 de marzo de 2011

Resilencia y Quirón


El concepto de resiliencia en psicología.

El término «resiliencia» proviene del campo de la física y refiere a la capacidad de los materiales para volver a su forma original luego de que algún impacto exterior los forzara a deformarse.

Aplicado al comportamiento humano, este concepto es utilizado para dar cuenta de la posibilidad de superar los sucesos dolorosos de la vida convirtiéndolos en oportunidades para la maduración y el despliegue de un sentido más pleno de la propia existencia. Esta conclusión surge de la observación e investigación de individuos que fueron sometidos en su infancia a los hechos más traumáticos y que, no obstante, luego supieron desarrollarse como sujetos maduros capaces de adaptarse a la sociedad y desplegar sus talentos.

Más aún, la resiliencia sugiere que precisamente el hecho de tener que atravesar esa adversidad, ese dolor, esa herida, es lo que posibilitó actualizar ese potencial, de manera tal que aquellas experiencias de sufrimiento extremo durante la niñez terminaron por representar la oportunidad para el descubrimiento de una profunda riqueza de ese ser.

Es decir, la resiliencia no es sólo la capacidad de enfrentar adversidades y saber adaptarse a situaciones difíciles, sino además (y fundamentalmente) salir fortalecidos por el contacto con talentos hasta ese momento desconocidos. En este sentido, no se trata de volver al estado original previo al acontecimiento crítico, ni anestesiar o bloquear el contacto con la herida. No es negar los hechos ni alentar la actitud de que “aquí no ha pasado nada”. Muy por el contrario, se trata de no interrumpir el desarrollo evolutivo y despertar un talento atravesando la crisis que suscita el trauma, transformándolo en el activador de un potencial hasta ese momento latente.


Quirón ha sido asociado con la imagen mítica del sanador herido. Este símbolo alude a una sabiduría profunda acerca del dolor, a un conocimiento tan íntimo del sufrimiento que termina transformándose en talento curativo, pero con la particular característica de que sólo puede ser ejercido para aliviar el padecimiento de los otros, no el propio.

Es decir, Quirón hace referencia a una herida siempre abierta en nosotros que permite desarrollar compasión por aquellos que la sufren y acompañar su sanación. Quirón combina comprensión y dolor, sabiduría y compasión, conocimiento y talento sanador. Sabemos acerca de ese sufrimiento porque nos duele a nosotros mismos, porque estamos presentes en ese dolor, no porque lo hayamos superado y cerrado en el pasado.

Y esta combinación de vivencia de una herida y capacidad sanadora, esta condición de ser “herido” y “sanador”, es la que aporta mayor riqueza a la hora de interpretar este símbolo. No se trata simplemente de “alguien que sufre” o de “alguien que cura”, sino de quien puede curar porque sufre.

La paradoja aquí es que no podemos elegir sólo una de las posiciones, sino que Quirón no parece darnos otra opción que experimentar en simultáneo ambas sensaciones, a vivenciar ese auténtico doble vínculo: sanar a otros por conocer esa herida, sin poder curarla en nosotros mismos.

Extraido en parte de textos de Alejandro Lodi

En qué casa está tu Quirón?

3 comentarios:

  1. Interesante, pero es obvio que "sanar a otros por conocer esa herida, sin poder curarla en nosotros mismos" no siempre es cierto

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  2. Por cierto, Quirón llegó a sanar su herida (una lanzada con veneno de hidra propinada por Hércules) mediante profundos conocimientos de la naturaleza (que se relacionaron mitológicamente con el Druidismo).

    Fué un buen final feliz, puesto que, acausa de su búsqueda termino desarrollando la compasión por otros (convirtiendose así en sanador).

    Ánimos! Otro dia leeré más entradas!

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